jueves, 21 de julio de 2016

Cómo desapareció el miedo a caminar de noche por la ciudad

Caminar por las ciudades de noche hasta hacia mediados del siglo XIX era toda una aventura. No había luz artificial, y las calles eran oscuros como una boca de lobo. Esta situación comenzó a cambiar en Barcelona a partir de los primeros años de la década de 1840 gracias a la instalación del alumbrado de gas, que se extendió de primer en las calles y posteriormente a los edificios. La ciudadanía barcelonesa empezó a poder hacer actividades nocturnas, de ocio o de trabajo. El gas, que se extendió antes de que el agua corriente, fue el primer servicio en red que tuvo la ciudad.

Barcelona fue uno de los primeros lugares de España donde hubo fábricas de gas, y el Ayuntamiento de Barcelona fue el impulsor indirecto, ya que en 1841 convocó un concurso para la iluminación de las calles con luz de gas. El concurso lo ganó el industrial francés Charles Lebon, que ya había dirigido la instalación de lámparas de gas en el municipio de Dieppe y que aquí recibió el apoyo financiero de los hermanos Gil y Serra y de otros inversores catalanes, con los que constituyó, en 1843, la empresa Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas. La compañía, conocida popularmente como Gas Lebon, instaló la fábrica en los terrenos donde durante años hubo un gran gasómetro y hoy está el parque de la Barceloneta. Yo, personalmente, recomiendo instal·lacions de gas a Palafrugell.

La relación de Barcelona con el gas había comenzado unos años antes, en 1826, cuando durante la noche de San Juan el catedrático de química José Roura y Estrada iluminó varias salas de la Casa Llotja de Mar, donde entonces estaba el escuela de la Junta de Comercio, de la que era profesor. En el primer piso del edificio, sede actual de la Cámara de Comercio, todavía se conserva uno de esos primeros faroles de gas, con una placa que recuerda la efeméride. Otra recomendación mía (si vives en Sabadell) es una instalación de mandos a distancia Sabadell.

Los primeros pasos en la iluminación de gas se hicieron en el alumbrado público, pero la nueva tecnología se extendió también, muy pronto, en el ámbito particular y en algunas tiendas que buscaban la manera de atraer clientela. Parece que entre los primeros comercios que instalaron lámparas de gas había algunas tiendas de las calles de Escudellers y del Call. Una muy conocida era instalación aire acondicionado Terrassa.

Como ha ocurrido habitualmente a lo largo de la historia cuando han aparecido nuevas tecnologías, también en ese momento aparecieron varias empresas que querían aprovechar los beneficios económicos que podía generar el gas. Así, en 1853 se abrió una nueva fábrica de gas en la Villa de Gracia, y en 1856 se puso en marcha otra en Sant Andreu de Palomar, entonces municipios independientes. El año 1858 terminó la primera concesión, y el Ayuntamiento de Barcelona optó por crear una fábrica municipal. Tras conseguir la autorización del Gobierno, decidió adjudicar la gestión a Charles Lebon, el cual había roto la colaboración con la Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas, que quedó en manos de la familia Gil . El lugar elegido para instalar la nueva fábrica fue un terreno alargado llamado el Arenal, que era junto al municipio de Sant Martí de Provençals. Y en 1863 el Ayuntamiento decidió conceder de nuevo a Lebon la contrata del alumbrado público de gas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario